Clarice E. Nightray

Clarice se muestra como una chica callada y cautelosa. No tiende a iniciar las conversaciones, prefiriendo oír antes que hablar. Es egoísta, poniéndose a sí misma primero que los demás, Clarice no le presta atención a los daños sobre otras personas. Es cruel, y hace las cosas por sus propios beneficios y deseos. No es del tipo de personas a la que les gusta pedir ayuda, o si quiera aceptarla, no importa la situación, no importa si es evidente que no puede hacerlo sin la colaboración de alguien más, Clarice nunca –A menos que exista un buen pretexto, que la convenza- jamás llegaría a aceptar ayuda ajena, ni siquiera de aquellos cercanos a la chica. Se le observa distante frente a aquellos que recién empieza a conocer, sin embargo, poco a poco se puede notar que empieza a abrirse cuando verdaderamente está interesada en fomentar esa relación. Siempre está al tanto de lo que sucede a su alrededor, y puede llegar a ser mandona cuando lo precise. Clarice es directa con todo lo que dice y hace, claramente no le importa herir a los demás, aun así, ella si sabe cuando pedir perdón. Clarice posee una alta capacidad de Autocontrol, aunque es un poco impaciente, ella sabe cómo no hacerlo tan notorio, y como no perder la cordura antes de tiempo. Es inteligente y astuta. Tiene un lado suave, donde su personalidad no cambia mucho de cómo se muestra usualmente, pero se muestra más sociable que de costumbre.

No le gusta confiar en las personas tan fácilmente, prefiriendo evaluar sus gestos de tal manera que pueda predecir que tanto puede confiar en alguien. No es del tipo de presumir, es educada y no se mete en asuntos que no le vayan a favorecer.

Su verdadera naturaleza vampírica no difiere mucho a como Clarice se muestra a los
demás. Su impaciencia se dobla, y su autocontrol desaparece casi por completo. Sigue siendo una chica callada y ajena a lo que no le interesa o le beneficie, pero dentro de su verdadera naturaleza le gusta sacar más provecho de todo tipo de situaciones, no importa lo que le cueste. Es más notoria su crueldad.

Con un físico de 20 años, Clarice posee una tez clara, ojos almendrados color esmeralda, y cabello ondulado que llega poco más debajo de sus hombros, color castaño oscuro. Este está usualmente adornado por un cintillo negro cubierto de rosas en colores vintage por los laterales, casi haciendo ver que son parte de su cabello.

No es muy alta, pero tampoco muy baja; mide alrededor de 1,68m. Tiene un peso ideal para la edad que aparenta, con una cintura bien curveada y esbelta. Rasgos tanto faciales como corporales bien definidos, un cuerpo que por fuera se ve frágil, a juego con su rostro.

Su vestimenta consta la mayoría del tiempo de una blusa de manga larga, con volados en la parte superior de color púrpura oscuro, un par de jeans negros a juego, y unas botas color marrón oscuro. Estas son las ropas con las cuales se le ve la mayoría del tiempo. Clarice prefiere la comodidad ante todo, demostrado en la calidad y el material de las prendas que escoge. Dependiendo de la época del año, se le puede ver cambiando su traje a uno que vaya mejor para ese entonces.

Velocidad: 18
Empatía: 10
Fuerza: 21
Resistencia: 26
Salto: 16
Ocultación: 16
Percepción: 22
Manipulación: 28
Control: 15
Autocontrol: 18

Clarice E. Nightray nació en Londres, en un frío 18 de enero por parto natural, afortunadamente sin complicaciones, aunque se estimó que la chica podría llegar a tener un cuerpo frágil.

Al haber nacido en una familia de clase media, y con padres que querían lo mejor para la familia, durante toda su niñez Clarice no tuvo la mera oportunidad de pasar mucho tiempo junto a sus padres. Estos pasaban mucho tiempo en el trabajo, bajo la excusa de que de dicha manera obtendrían más dinero para asegurar un mejor futuro a su única hija; Clarice. Ella sabía que esa no era necesariamente la verdad, pero nunca le importó. Ellos decidieron no estar junto a ella durante su crecimiento, tampoco mágicamente decidirían apegarse a ella más adelante. La joven, conociendo sobre su naturaleza vampírica; y recordando todo detalle del día en que fue transformada, pasaba casi todo su tiempo leyendo en los rincones oscuros de su hogar. Desde pequeña demostró tener una indudable capacidad para la literatura y las artes.

Años más tarde, aún bajo el cuidado únicamente de las pocas sirvientas en su hogar, Clarice decidió volverse independiente, ganando una beca para asistir a uno de los mejores internados dentro de Londres. Destacaba en la mayoría de las asignaturas, demostrando nuevamente su alta capacidad para la literatura. Nunca fue realmente una chica empática, pero a su manera logró hacer amistades que atesoraría por siempre.

Luego de graduarse tanto de la secundaria como de la universidad, Clarice se dedicó a fomentar su carrera como escritora, consiguiendo una buena cantidad de fama con su primer libro, usado para su debut llamado ‘Lost’. Cautivando a muchos con sus novelas románticas, llenas de misterio y un toque de acción, la joven decidió que esa sería la carrera que mantendría toda su vida.
Compró su propia mansión hace alrededor de 58 años, donde decidió mantener su perfil bajo, escribiendo constantemente nuevas novelas para la editorial.

A Clarice nunca se le pasó por la mente la idea de conseguir una pareja, no le hacía gracia, mucho menos le interesaba. Siguiendo las órdenes de la camarilla, Clarice mantuvo un perfil bajo, cuidadosa de no revelar su verdadera naturaleza a ojos humanos. Cortó toda clase de relación con su familia, y ahora se encuentra en Londres –Ciudad de la que nunca salió de no ser por conferencias por sus novelas- tratando de mantener una vida tranquila, beneficiándose de todo a su alrededor, constantemente en busca de nuevas presas…