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Verano.
Rayos de sol iluminan todo el día y el calor se siente hasta en los mas oscuros rincones. Cortas son las noches vigiladas siempre por la maravillosa luna y brisas frescas que nos acompañan en nuestras caminatas nocturnas.
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Una Molesta visita (libre+1)
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Una Molesta visita (libre+1)
Había llegado esa misma mañana a Londres desde New York, desde esa mañana se encontraba pisando territorio "enemigo" después de todo Londres no soro era la capital de Britania pues los de su especie lo conocían muy bien por ser la capital de la camarilla.
¿Pero que hacia la líder del Sabbat cruzando el océano para llegar a estos lados?, y hay que mencionar que o era la primera de su secta en llegar, poco a poco la ciudad se fue llenando de vastagos de esta revolucionaria secta. Seguramente era otra escandalosa jugada del Sabbat, seria lo que todo vastago en Londres pensarían, pero el momento parecía mejor solo esperar, ya que o había ocurrido ningún alboroto capas de desmascarar a la tan preciada mascarada bajo la que muchos en el mundo se ocultaban.
Era un bello día de verano, por la desgracia de Effy que odiaba esos rayos de luz con todo su ser, "Que asco de lugar, en New York todo fluye en la noche", pensaba nuestra vampiresa mientras entraba al Palacio de Westminster, era un edificio con una arquitectura antigua, muy gótica he de decir. Por dentro tenia pasillos muy grandes con pinturas y lamparas antiguas colgando en las paredes. Las personas que caminaban por esos lados se veían todos como respetables "aristócratas" y como no serlo si en ese lugar se reunía el parlamento diariamente. Y ella se encontraba aquí ¿para?, a si para comenzar a molestar a los de la camarilla. Era solo cosa de que ella entrara en algún lugar para que todos voltearan a mirar, con su pelo rosa y vestida completamente de negro y con encajes, que en verdad no encajaban nada con ese ambiente tan formal, todos la miraban con asombro, pasar desapercibida no era algo que le gustase después de todo, es mas ya la habían echado su par de veces de ese lugar pero ella no le hacia caso a los humanos.
Era increíble ya había dado la vuelta por ese lugar pero no, nadie de la camarilla o de su especie se encontraba rondando por esos lados.
Y yo que pensaba que este lugar se encontraba gobernado por la camarilla- Dijo en u volumen normal como si no le importara las personas que se encontraban a su alrededor -¿Es que tanto miedo le tienen al sol?- gruñía para si misma sin importarle que alguien mas escuchara. Luego se dedico unas palabras en un todo mucho mas bajo -Supongo que si no hay nadie de la camarilla rondando por estos lados puedo hacerme para mi este parlamento- hablaba mientras caminaba pero en ese momento sintió que alguien la seguía o trataba de alcanzarla y esta vez no era un humano pero seguramente venia con la misma intención que cualquiera de ellos, echarla de ese lugar.
Se dio vuelta para observar a su seguidor y sus bellos ojos azules se encontraban con los del ser que estaba tras de ella.
-Supongo que tu eres la persona que me mostrara este lugar, valla que demoraron en verdad los de la camarilla no parecen tener tan buenos modales como tanto alardean- una sonrisa malévola y una mirada superioridad se encontraban decorando su pálida cara, seguramente solo estaba allí para burlarse del primero que encontrara.
¿Pero que hacia la líder del Sabbat cruzando el océano para llegar a estos lados?, y hay que mencionar que o era la primera de su secta en llegar, poco a poco la ciudad se fue llenando de vastagos de esta revolucionaria secta. Seguramente era otra escandalosa jugada del Sabbat, seria lo que todo vastago en Londres pensarían, pero el momento parecía mejor solo esperar, ya que o había ocurrido ningún alboroto capas de desmascarar a la tan preciada mascarada bajo la que muchos en el mundo se ocultaban.
Era un bello día de verano, por la desgracia de Effy que odiaba esos rayos de luz con todo su ser, "Que asco de lugar, en New York todo fluye en la noche", pensaba nuestra vampiresa mientras entraba al Palacio de Westminster, era un edificio con una arquitectura antigua, muy gótica he de decir. Por dentro tenia pasillos muy grandes con pinturas y lamparas antiguas colgando en las paredes. Las personas que caminaban por esos lados se veían todos como respetables "aristócratas" y como no serlo si en ese lugar se reunía el parlamento diariamente. Y ella se encontraba aquí ¿para?, a si para comenzar a molestar a los de la camarilla. Era solo cosa de que ella entrara en algún lugar para que todos voltearan a mirar, con su pelo rosa y vestida completamente de negro y con encajes, que en verdad no encajaban nada con ese ambiente tan formal, todos la miraban con asombro, pasar desapercibida no era algo que le gustase después de todo, es mas ya la habían echado su par de veces de ese lugar pero ella no le hacia caso a los humanos.
Era increíble ya había dado la vuelta por ese lugar pero no, nadie de la camarilla o de su especie se encontraba rondando por esos lados.
Y yo que pensaba que este lugar se encontraba gobernado por la camarilla- Dijo en u volumen normal como si no le importara las personas que se encontraban a su alrededor -¿Es que tanto miedo le tienen al sol?- gruñía para si misma sin importarle que alguien mas escuchara. Luego se dedico unas palabras en un todo mucho mas bajo -Supongo que si no hay nadie de la camarilla rondando por estos lados puedo hacerme para mi este parlamento- hablaba mientras caminaba pero en ese momento sintió que alguien la seguía o trataba de alcanzarla y esta vez no era un humano pero seguramente venia con la misma intención que cualquiera de ellos, echarla de ese lugar.
Se dio vuelta para observar a su seguidor y sus bellos ojos azules se encontraban con los del ser que estaba tras de ella.
-Supongo que tu eres la persona que me mostrara este lugar, valla que demoraron en verdad los de la camarilla no parecen tener tan buenos modales como tanto alardean- una sonrisa malévola y una mirada superioridad se encontraban decorando su pálida cara, seguramente solo estaba allí para burlarse del primero que encontrara.
Effy Fairchild- Mensajes : 36
Localización : Londres(?
Empleo /Ocio : Líder del Sabbat
Re: Una Molesta visita (libre+1)
© mrsstan | De nuevo una mañana con algunos rayos de sol que iluminaban el dia, un hermoso lugar con esos encantos goticos, una vida de primicia para los lideres de la Camarilla, y alli estaba yo, de nuevo revaluando mi situacion, y una noticia la cual me habia dejado impactado, la lider del Sabatt, se encontraba de visita, y claro, una orden directa dada a mi, darle la mejor atencion posible, solo podia decir frente a esta propuesta -Si, su alteza- Luego de aquellas palabras ya era hora de preparar una cena, para la llegada de nuestra invitada, para eso habia dispuesto del salon principal, y el comedor, primero, la comida. Para la cena, eh dispueso que se haga carne en salsa, y cebolla, ahora luego de un suave movimiento de mis pies, en un vals, me movi por la cocina de manera que solo quedaba un reflejo de mi cuerpo en el aire, abro rapidamente la nevera, sacando cebolla larga y cabezona, tomate, pimienta, pepinos, aguacate, y cerveza, sin olvida rclaro esta, la carne. Ya con todo esto sobre la mesa, tomado un cuchillo de ccina, corto la carne en trozos grandes, largos, y finos, al tiempo que prendo la estufa echando aceite sobre una caserola, que saco de un gabinete, dandole un suave golpe con mi pie derecho, al instante de eso, echando la carne en un sarten vacio, tomando la cerveza en mi mano izquierda, la destapo, vertiendola sobre la carne, para asi poder dobarla, al momento que cae la ultima gota de cerveza, sacando otro cuchillo de mi mano libre, soltando todo lo que tenia en mis manos, lanazando la sarten con la carne al aire, pico en aros la cebolla, junto al tomate, vertiendo la pmienta en estos, y con aceite, haciendo un delicioso guiso natural, al caer la sarten la atrapo con la punta de mis dedos, colocandola en la estufa, dejando que se cocine con la cerveza, de manera que quede oreada, luego con el guiso, lo vierto encima, revolviendolo con la cebolla larga, para asi, este se fermente, ya con todo preparado, y faltando un minuto para la llegada de la visita, era hora de recibirla. Quitando los guantes de mis manos, acomodando mi traje, saliendo por los amplios pasillos del edificio, salgo en su busqueda, pero sin obtener resultados, noto algo distinto en el lugar, una mujer de cabellos rosados, una fina piel, de manera que parecia una porcelana, constrastando con todo, y un vampiro de ojos azules frente a esta, esto me retrasaria, pense un segundo para mi mismo, sacando un reloj de bolsillo, observandolo fijamente, para despues de guardarlo, caminar frente a esta, arrodillandome, junto que bajo mi cabeza, haciendo una reverencia -Effy Sama, disculpe mi torpeza, pero ya se ah preparado todo para su bienvenida, por favor sigame--Musite con suavidad, recuperando mi postura, dejando ver una amplia sonrisa. |
Sebastian Michaelis- Mensajes : 14
Re: Una Molesta visita (libre+1)
La molesta luz del sol seguía entrando por las gigantescas ventanas que iluminaban los inmensos pasillos, los marcos con formas que habrían sido muy elegantes hace algunos siglos. Ella ya no encontraba el momento en que se ocultara el sol, pero después de todo había sido ella la impaciente chiquilla que decidió salir a plena luz del día -Que se ya se había alargado bastante para Effy-. En unas pocas horas mas el sol se ocultaría y su deseo de todos los días se cumpliría.
Un joven de cabello negro se arrodillo frente a ella y la "recibió", pero ¿que clase de gesto era aquel? no era algo que se usara en esa época aunque tampoco era algo que le molestara a nuestra joven de cabellera rosa. Pero que era el ¿Un sirviente?, no no lo parecía, pero no había un vampiro que se inclinaría ante otro o eso pensaba ella que para si su orgullo era lo que mas le importaba y en estos momentos le habían enviado a un simple sirviente a recibirla -golpe en el orgullo-. Su única intención era llegar a molestar a otros, ¿pero seria ella la que terminaría molesta?. Bueno mientras hubiera a alguien a quien enloquecer no importaría demasiado, y en estos momentos solo se preguntaba que tanto le costaría sacar esa gran sonrisa de la boca de ese vastago vestido de sirviente.
-Que molestos son ustedes enviando a un simple sirviente. Y yo que pensaba entretenerme molestando a alguien mas importante, ¿alguien mas me espera en este lugar?- Hablaba con total sinceridad y de una forma que molestaría a cualquiera, tratando de menos a las personas y manteniendo un tono de superioridad ya al tanto de que no le seria fácil fastidiar a la persona frente a ella. Comenzaron a caminar por los pasillos que eran completamente desconocidos para ella, pero aun seguidos por el tedioso sol del atardecer de un día de verano cualquiera. Siglos soportándolo y aun lo detestaba tanto como en los primeros días aunque ya era algo a lo que estaba acostumbrada.
-Realmente no importa- seguía en la conversación mientras caminaban -Pero sabes los que son como nosotros me conocen con el nombre de Lilith, después de todo mis nombres humanos no suelen durar mas de unas décadas. Y usted señor sirviente ¿como he de llamarlo?- Había algo de molesto en que conociera su nombre pero ella no el de él, pero no se iba a dignarse a enseñarle modales a otra persona, ella solo pensaba de si misma como una princesita malcriada y valla que tomaba en serio la parte de malcriada.
Un joven de cabello negro se arrodillo frente a ella y la "recibió", pero ¿que clase de gesto era aquel? no era algo que se usara en esa época aunque tampoco era algo que le molestara a nuestra joven de cabellera rosa. Pero que era el ¿Un sirviente?, no no lo parecía, pero no había un vampiro que se inclinaría ante otro o eso pensaba ella que para si su orgullo era lo que mas le importaba y en estos momentos le habían enviado a un simple sirviente a recibirla -golpe en el orgullo-. Su única intención era llegar a molestar a otros, ¿pero seria ella la que terminaría molesta?. Bueno mientras hubiera a alguien a quien enloquecer no importaría demasiado, y en estos momentos solo se preguntaba que tanto le costaría sacar esa gran sonrisa de la boca de ese vastago vestido de sirviente.
-Que molestos son ustedes enviando a un simple sirviente. Y yo que pensaba entretenerme molestando a alguien mas importante, ¿alguien mas me espera en este lugar?- Hablaba con total sinceridad y de una forma que molestaría a cualquiera, tratando de menos a las personas y manteniendo un tono de superioridad ya al tanto de que no le seria fácil fastidiar a la persona frente a ella. Comenzaron a caminar por los pasillos que eran completamente desconocidos para ella, pero aun seguidos por el tedioso sol del atardecer de un día de verano cualquiera. Siglos soportándolo y aun lo detestaba tanto como en los primeros días aunque ya era algo a lo que estaba acostumbrada.
-Realmente no importa- seguía en la conversación mientras caminaban -Pero sabes los que son como nosotros me conocen con el nombre de Lilith, después de todo mis nombres humanos no suelen durar mas de unas décadas. Y usted señor sirviente ¿como he de llamarlo?- Había algo de molesto en que conociera su nombre pero ella no el de él, pero no se iba a dignarse a enseñarle modales a otra persona, ella solo pensaba de si misma como una princesita malcriada y valla que tomaba en serio la parte de malcriada.
Effy Fairchild- Mensajes : 36
Localización : Londres(?
Empleo /Ocio : Líder del Sabbat
Re: Una Molesta visita (libre+1)
© mrsstan | Pude notar de inmediato la molestia de la joven invitada, tal vez no fui de su agrado, y eso me lo reconfirmo cuando escuche sus palabras, en ese momento, comenzando a caminar hacia el comedor ya preparado, le respondi de forma suave y delicada -Me disculpo señorita Effy, no fue la intencion de la Camarilla ofenderla, con este simple mayordomo, mis mas sinceras disculpas, y asi es, nadie mas la espera- Lentamente segui mis pasos, escuchando su conversacion, atentamente, asintiendo con la cabeza cuando era oportuno, pero al escuchar su pregunta, nuevamente le respondo casi en un susurro -Mi nombre es Sebastian Michaelis, un placer conocerla- AL terminar la frase note algo extraño, la puerta del comedor la cual habia dejado cerrada al salir se encontraba medio a bierta, y a travez de aquella pequeña abertura, note como la comida preparada, el comedor que ya estaba listo para su uso, simplemnte habia sido el lugar de la cena, de algunos congresistas de la Camarilla, dejandolo sucio, y echo un completo desastre. -señorita Effy me disculpo, por un descuido se me ah olvido arreglar el comedor, le pido cuatro minutos, y lo tendre todo listo- Al terminar de presentar una disculpa, rapidamente entro al comedor, corriendo por todo este, apoyando el peso de mi cuerpo en mis talones, moviendome en la punta de mis pies, el primer paso eran los platos, dando un gran salto, golpeo una pared al lado de un instante de madera, dejando caer dos pilas de platos, pero antes que puediesen caer al suelo, los atrapo entre mis brazos, lanzandolos de nuevo al aire, corriendo sobre la mesa, llegando de un extremo al otro, tomando el mantel, quitandolo sin causar el mas minimoi movimiento a los platos que alli estaban, para asi, tomar entre mis manos aquella alfombra que estaba en los pies de la emsa, dando un gran tiron de ella con mi mano derecha, hago elevar la mesa, y sus cubiertos, junto a los platos, volviendo a saltar, atrapandolos todos dentro de aquel mantel, para luego asi mismo tomar en medio de mis dedos los platos limpios que posteriormente habia lanzado, lanzadolos de nuevo, directamente y con la fuerza suficiente para que al chocar quedaran en su posicion, sin causar mayor ruido, todo de nuevo ordenado y sin el mas minimo mugre, ahora la comida- Pense en un instante dentro mio que podria hacer en cuestiion de segundos, recordando las frutas que habian quedado en la nevera -Es mi unica opcion- Musite casi en un susurro, corriendo por una de las puertas ocultas del comedor, de manera que mis movimientos solo quedaban como un reflejo en el aire, llegando a la cocina, tomando rapidamente de la nevera, naranja, 12 trozos de piña, 12 rueditas de banana, 12 trozos de melocotones, y algunas hojas de menta, y claro sin olvidarme de un gran trozo de chocolate, el cual coloco sobre una sarten, tomando un lanzallamas de la armeria, le prendo fuego a 250°g, derretiendolo en cuestion de segundos, y mientras eso pasa, tomo los trozos de las frutas, junto a un palillo, ensartandolas de forma igual, colocandolas en un plato blanco de procelana muy buien cuidado, apagando el lanzallamas, vertiendolo el chocolate derretido en zig zag a travez de la frutillas, para asi poder llevarla al comedor, dejandolo como el unico plato de la mesa. |
Sebastian Michaelis- Mensajes : 14
Re: Una Molesta visita (libre+1)
-¡Te dije que me llamaras Lilith!- dijo en un volumen increíblemente controlado mientras veía al mayordomo prácticamente desaparecer detrás de una puerta, no le gustaban sus nombres humanos: sentía que el hecho de estar registrada en la sociedad con datos falsos como fechas de nacimientos y nombres que cambiaban cada cierto tiempo no eran mas que una forma de sentirse avergonzada de ser lo que era y ella estaba orgullosa de ser una depredadora de humanos. También lo veía como una manera de ayudar a la camarilla con su juego de "mascarada" pero bueno era algo que con el tiempo se acostumbro y sin algo tan insignificante como un nombre se convertiría en una persona inexistente para la el mundo de su trabajo y no podría hacer todo lo que tanto le gustaba.
-ha! hacerme esperar, como se atreve- musito para si misma, se encontraba afirmada en la pared con los brazos cruzados y la cabeza ligeramente inclinada hacia abajo mirando... ¿nada?, exacto no había nada divertido en ese lugar. Ella era como una niña pequeña que llegaba de visita a las casa de sus abuelos mas mayores, pero a diferencia de una niña pequeña ella no se iba a poner a correr por los pasillos o al menos ya no lo había hecho.
El tiempo pasaba al ritmo de siempre, eternos segundos que transcurrían uno tras otro y al tiempo que llegaban pasaban a transformarse en un pasado cada vez mas y mas lejano. Había pasado el tiempo estipulado. Nuestra joven vampiresa soltó sus brazos a sus costados y se encamino rápida y con cierta gracia hacia la puerta en la que había entrado Sebastian.
-Ya han pasado 4 minutos- Anuncio entrado a un salón, que aparentemente era un comedor con una cena ya arreglada con un único plato de frutas decorado de la mejor forma posible. Ese lujar era tan anticuado como todo aquel edificio. Apoyado en una pared cerca de la mesa de centro había una mesita con un florero y unos pocos decorativos de porcelana, al entrar su mirada se fijo en ellos y como se dirigió directo hacia ellos y tomo uno para observarlo mas detenidamente. Probablemente cualquier cosa que le hubieran dicho en el camino.
-¿Que de entretenido tiene la camarilla?- Le pregunto a Sebastian, sin embargo esa pregunta parecía mas dirigía a si misma.-¿o este lugar?- miro por sobre sus hombros a pelinegro mientras dejaba el decorativo en su lugar pero solo fue un momento ya que volvió su mirada a la mesita para observar el siguiente. Parecía una niña pequeña sucumbida ante un nuevo juguete o algo desconocido, pero así era su curiosidad siempre era lo que la dirigía.
-ha! hacerme esperar, como se atreve- musito para si misma, se encontraba afirmada en la pared con los brazos cruzados y la cabeza ligeramente inclinada hacia abajo mirando... ¿nada?, exacto no había nada divertido en ese lugar. Ella era como una niña pequeña que llegaba de visita a las casa de sus abuelos mas mayores, pero a diferencia de una niña pequeña ella no se iba a poner a correr por los pasillos o al menos ya no lo había hecho.
El tiempo pasaba al ritmo de siempre, eternos segundos que transcurrían uno tras otro y al tiempo que llegaban pasaban a transformarse en un pasado cada vez mas y mas lejano. Había pasado el tiempo estipulado. Nuestra joven vampiresa soltó sus brazos a sus costados y se encamino rápida y con cierta gracia hacia la puerta en la que había entrado Sebastian.
-Ya han pasado 4 minutos- Anuncio entrado a un salón, que aparentemente era un comedor con una cena ya arreglada con un único plato de frutas decorado de la mejor forma posible. Ese lujar era tan anticuado como todo aquel edificio. Apoyado en una pared cerca de la mesa de centro había una mesita con un florero y unos pocos decorativos de porcelana, al entrar su mirada se fijo en ellos y como se dirigió directo hacia ellos y tomo uno para observarlo mas detenidamente. Probablemente cualquier cosa que le hubieran dicho en el camino.
-¿Que de entretenido tiene la camarilla?- Le pregunto a Sebastian, sin embargo esa pregunta parecía mas dirigía a si misma.-¿o este lugar?- miro por sobre sus hombros a pelinegro mientras dejaba el decorativo en su lugar pero solo fue un momento ya que volvió su mirada a la mesita para observar el siguiente. Parecía una niña pequeña sucumbida ante un nuevo juguete o algo desconocido, pero así era su curiosidad siempre era lo que la dirigía.
Effy Fairchild- Mensajes : 36
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